viernes, 5 de junio de 2009
Pag. 137 $ Herrerillos amarillos y azules
Bruma, humedad y trinos. Cielo blanco, gris y negro. Suena la carretera. Demora movimientos, agazapado entre las hierbas, un gato gris naranja. Olores a hierba húmeda. Brisa fresca. Contraen sus pétalos, flores rosas de enredaderas y trepadoras. Aparcan coches en espacios vacíos de la calzada norte. Silba un pájaro. Ululan sirenas de coches de policías y bomberos.
Cae brusca una cortina de lluvia amazónica. La neblina cubre el monte. Cesa el aguacero. Ruge un avión. Fluyen riachuelos de agua sobre la calzada. Brilla entre nubes el sol. Llega un estallido aéreo, hueco, sordo, lejano. Se relamen sobre la vía húmeda, dos gatos blancos.
Caen por toda la ciudad, conexiones de arquitecturas cliente-servidor. Rellenan casillas de líneas verdes y fondo blanco, personas con nóminas y patrimonios. Revolotean herrerillos negros, amarillos y azules bajo pinos sombríos. Caen de los eucaliptos cápsulas aromáticas, verdes y blancas, volcánicas.
Por la tarde, refresca el aire. Por encima de las hierbas, oteando el norte y el sur, asoma la cabecita de la gatita naranja. Atardece.
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