jueves, 18 de junio de 2009

Pag.147 $ Villa londinense


Lunes 15/06/2009

Niebla en la cima. Lluvia. Trinos. Transpira humedad, niebla, opacidad negra y gris, el monte. Desbroza maleza con una sierra helicoidal, un operario municipal. La niebla de baja altitud blanquea una villa londinense, de casas victorianas de grandes ventanales, de palacetes de piedra vista, de colonialismo rancio, férreo, financiero.

Gorjean gorriones al lado de la casona grande, envejecida, sin reformar, con su puerta verde sur, acceso al corral y otra más grande orientada al este, con zagüan, a la que se llega a través de un sendero estrecho, sombrío, húmedo, bordeado de higueras y laureles. Gruje sobre la calzada un camión diésel. Surcan dos o tres gaviotas el monte hacia el noroeste.

Por la tarde, los gatos campean al descubierto por la vía segada. Flotan nubes negras bajo un cielo gris y blanco. Atardece.

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