martes, 27 de enero de 2009

Pag.9 $ La inundación

Amanece. Lluvia torrencial intensa. Niebla espesa en la cima del monte. Un halo brumoso rodea el edificio de oficinas acristalado a la izquierda de las casas de cemento. Tiene forma de letra c. Persiste la lluvia. Las hendiduras verticales de los muros de piedra borbotan agua parabólica. Arriba, en la cima, la niebla oculta las antenas de televisión y radio. Las luces de las farolas se reflejan en ángulos rectos sobre la carrocería de los coches aparcados de tapacubos estrellados.

El agua se filtra, adquiere velocidad con la altura, rebosa. El lugar preferido por los siameses, una pendiente de tierra, bajo un árbol perenne, al lado del muro bajo de cemento, es ahora un río con cascada. Se apagan las luces de las farolas que iluminan la carretera nueva y la urbanización.

Sonido de agua cayendo, resbalando, borbotando, inundando... . Los canales de desagüe y el bebedero natural de los gatos rebosa agua. Desaparece la niebla de la cima del monte. Llega el eco de los coches circulando sobre el asfalto mojado de la carretera nueva.

Por debajo del nivel del suelo, pegado al muro de piedra, un canal de desagüe desaloja el agua de la vía que fluye pendiente abajo, hacia el norte. Vuelven la niebla y la humedad. Poco a poco la niebla va acomodándose en cotas más bajas. Un pájaro autóctono canta piiiiii, piiiiiii breve.
El volumen de ruido de los coches de la carretera nueva aumenta.

Los motores de los vehículos se endurecen con la lluvia que altera la percepción de las frecuencias. La gatita anaranjada ha salido de su escondrijo y se pasea por la vía de grava donde han brotado algunos pequeños charcos. Vacila, se acerca al muro de piedra y finalmente retrocede veloz, dirección norte. En verano, cuando llueve, se oculta en madrigueras subterráneas de topos y ratas excavadas debajo de un zarzal, cerca del muro de ladrillo rojo, al lado de los coches aparcados.

Los demás gatos dormitan bajo túneles de piedra clausurados, semienterrados por las obras de la carretera nueva y utilizados en su día por el viejo tren de cercanías que llegaba hasta la costa. Arriba, a la derecha, las estructuras de la central eléctrica parecen porterías verdes gigantes, fantasmagóricas entre la niebla espesa.

Los cambios de presión son constantes en la cima del monte. La niebla se disipa. El caudal de los desagües decrece. Sigue la lluvia torrencial . Un camión con un toldo oscuro circula lentamente. Vuelve la niebla al monte desde la otra vertiente. En la parte baja, los árboles y las hierbas permanecen quietas, en calma.

Por la tarde, los gatos andan a sus anchas a lo largo de la vía. Algunos mordisquean sus lomos buscando alguna garrapata molesta. La mayoría esperan expectantes una figura ataviada de gabardina oscura y gorro de agua que lleva de la mano varias bolsas llenas, abultadas. La gatita anaranjada está semioculta entre hierbas verdes de color oscuro, al lado de su cestita de juncos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario