viernes, 29 de mayo de 2009

Pag.130 $ Grados saharauis


Cielo blanco y azul. Aire fresco. Trinos. Alza el vuelo una paloma sobre la calzada espantada por un coche. Dos gatos blancos y negros sentados junto al muro de piedra, restregan y frontan, cuellos y flancos con sus patitas. Luce el sol. Suena la sirena de un coche de bomberos. Se acciona el mecanismo de apertura de un automóvil. Se oye una colisión metálica de pala excavadora llena de tierra cargando un camión contenedor.

Sobrevuela por encima de jardineras, una abeja. Ordenadas, disciplinadas químicamente, llegan hasta un tarro de azúcar guardado en una alacena, tres o cuatro hormigas. Chillan vencejos por encima de la casona. Un termómetro urbano marca treinta grados saharauis, andaluces.

Por la tarde, flujos de aire caliente recorren la vía. Camina por el sendero con las orejas caídas, un gato negro naranja. Cielo azul y negro. Traquetean simultáneos al oeste, una máquina taladradora, tac..tac..toc..toc, y un convoy de mercancías tracatrá...tracatrá...tracatrá. Flota sobre el estuario, una bandada de gaviotas junto a una montaña de eslabones de hierro, oxidados, depositados en la ribera.

Luna en cuarto creciente. Treinta y cuatro grados. Atardece.

jueves, 28 de mayo de 2009

Pag. 129 $ Una paloma torcaz


Cielo blanco y azul de nubes altas, difuminadas. Trinos. Claridad luminosa al Este. Entre herbáceas de flores amarillas, otea un gato blanco y negro. Bruma ligera al sur. Silba un mirlo. Salta la sirena de una ambulancia. Estalla un escape de combustión. Gira el eje terrestre. Orbita el sol.

Gorjean gorriones. Llega una onda acústica seca, subterránea de postes clavándose en la tierra a golpe de maza. Reflejos de puntos blancos sobre fondos verdinegros visten un monte agreste, boscoso, selvático, luminoso. Salen y entran coches conducidos por personas bulliciosas, sanguíneas.

Llegan olores de casas rurales de adobe semiderruidas, olvidadas. Suenan en la calzada musiquillas de inicialización de parámetros de comunicaciones. Bala, monte arriba, una oveja. Viento oeste.

Por la tarde, sopla un viento fresco, casi frío. Buscando un palomar inexistente, traza círculos amplios, altos, una paloma torcaz. Vuelan alto, hacia el Norte de Europa, aviones de pasajeros. Vibra el cuerpo de un gato gris y blanco. Soplan ráfagas de viento. Se agita el zarzal.

Cambia el viento, llega aire sur, cálido, fresco. Atardece.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Pag.128 $ Arboles secos


Ayer

Anochecer de verano. Cubren el cielo, todavía azul, grandes nubes grises y blancas norestes. Son la diez y media. Brilla al sureste una estrella binaria. Llega habilidoso, torciendo el manillar de una ruidosa motocicleta roja, un repartidor de pizza.

Hoy

Nubes cumulares, alargadas al noreste, grises al sureste. Cielo azul. Trinos. Fluye el zumbido del tráfico. Picotean palomas sobre la acera. Planean gorriones sobre el zarzal. Brotan puntos blancos de los árboles del terrario. Brilla el sol. Merodea por la vía un ocicat. Otea desde el terrario un gato blanco. Cruza el abrevadero natural al norte, un gato blanco y negro. A las nueve, trozos de nubes absorben la luz. Acecha la sombra.

Se filtran rayos de luz entre los laureles. Brilla sombrío el zarzal. Taconea un peatón por la acera. Suenan sierras, motores, pistones y palas excavadoras. Vuelan como jilgueros gorriones. Sopla bajo el viento.

Por la tarde, cielo azul, calor ténue. Por debajo de las antenas de televisión, en el centro superior del monte, se yergue el esqueleto ramificado de un árbol seco, muerto.
Bordeando la carretera que sube hasta la cima, en una hondonada, junto a ermitas sólo abiertas a turistas, funiculares y piscinas municipales, atraen miradas, árboles secos de ramas pulidas, estelares, japonesas.

Apoyado sobre su patas traseras, araña una superficie de madera vertical, un gato siamés.


Atardece.

martes, 26 de mayo de 2009

Pag.127 $ Música de ópera


Cielo gris, de líneas al noroeste, nubes estratificadas al sureste. Surcan nocturnos aviones comerciales, casi vespertinos. Trinos. Frescor. Olor a hierba húmeda. En medio del sendero, sentado sobre su patas traseras, un gato gris blanco naranja. Sobre la zapata de la catenaria, otro negro naranja. Suena la vibración mecánica, ronca, de un motor de un transporte de equipos calefactores. Llegan ecos imperceptibles de una ambulancia distante.

Por la tarde, el viento sureste abre veloz un cielo azul de nubes blancas. El gato dálmata, encogido, otea el noroeste. El viento zarandea los árboles del terrario. Suena metálica la pieza hidraúlica de un camión de obra. Aparcados junto al caserío reformado, hay casi siempre, dos o tres coches, relucientes, impecables. Brilla ténue el sol.

Los gatos son superficies de colores naranjas, blancas y negras sobre las hierbas verdes sureste. Llega música de ópera.

Atardece.

lunes, 25 de mayo de 2009

Pag.126 $ Un trueno


Cielo gris, blanco, húmedo. Monte brumoso. Trinos. Ruido de fondo de máquinas barredoras. Pasea al sureste un gato gris y blanco. Caen repentina y simultáneamente la niebla y un aguacero. Corre por los desagües el exceso de agua no absorbida. Luce, entre el vapor de agua, entre relieves brumosos, por encima de la central eléctrica, entre dos copas arboladas, una luz blanca.

Suenan motores y neumáticos. Alrededor de los caseríos, tejen de un sonido elástico, esponjoso, ténue, las gotas cayendo sobre las hojas del minibosque. A las diez y media clarea el día. Un gato blanco y otro negro resaltan sobre un fondo verde de herbáceas al sureste.

Por la tarde sopla una brisa fresca, húmeda. Atrona el cielo lejos. Ruge un trueno metálico, agudo, breve. Se fragmentan las ondas, tamborilea el cielo.

Atardece.

Pag.125 $ Luces de cruce

Ayer

Cielo gris y blanco. A las diez y media llueve sobre la vía, el monte, los caseríos, prados y huertos. Un gato blanco aligera el paso hacia el refugio. Sopla una brisa fresca. Pían y gorjean gorriones. Atrona el cielo. Cesa la lluvia y llegan trinos diáfanos, nítidos.

Adultos y niños con chubasqueros caminan arcén arriba. Conquista el espacio sonoro una moto de alta cilindrada. Llegan olores de hierbas aromáticas, de tierra húmeda. Suena un avíón al noroeste. Vuelven a caer gotas siseantes sobre la vía y la calzada. Se para el tiempo y la niebla envuelve la cima.

Sobre el terrario, un siamés observa dubitatitvo el canal de drenaje. Un gato gris y blanco desciende por el muro de ladrillo rojo y se oculta en los bajos de una pequeña furgoneta blanca. Arriba, cerrado por postes de granito blanco unidos con alambre, puede verse el prado que contiene la central eléctrica.

Por la tarde, las nubes oscurecen el día y la niebla corona la cima del monte. Llueve. El gato dálmata se adentra cauteloso en el zarzal. Brotan por la ciudad flores de geranios y plantas trepadoras. Anochece.

Circulan luces de cruce por calzadas oscuras, siniestras.

sábado, 23 de mayo de 2009

Pag.124 $ Un delfín


Ambiente cálido, húmedo. Trinos. Asfalto mojado. Brilla blanco el cielo al Este. Un gato negro naranja otea el sur. Bruma ligera, vaporosa. Viento sureste. Asoma al sendero un gato gris y blanco. Sale el sol a las diez horas catorce minutos. Compiten pájaros en un concurso de trinos, reclamos y cantos. Calienta fuerte el sol.

Se oyen maullidos. Eriza la piel un gato gris y blanco. Huye un gato blanco y negro. Circula carretera abajo, hacia la ciudad, una furgoneta gris con un remolque alargado, encima, una trainera verde. Junto a un gimnasio de secundaria, sentado en un banco, vestido de tirolés, con sombrero de fieltro y cachava de bambú, piernas entrecruzadas, toma el sol, relajado, un viejo anciano, canoso, meditabundo. Junto a una pieza metálica de una pandereta reposa sobre la calzada, una cajetilla de tabaco Camel con un dromedario y un aviso Fumar puede matar.

Por la tarde, nubes blancas agujereadas y grises lineales cubren el cielo. Propulsado por aleteos sincrónicos, rápidos, dirigido por ecos de radiofrecuencias naturales, navega rumbo a mar abierto, un delfín gris. Viento noroeste.

El sol oeste ilumina la vía al sur, el prado y el monte. Cielo azul y negro.

Atardece.

viernes, 22 de mayo de 2009

Pag.123 $ Official Irish Club


Cielo blanco y azul, lineal, plano. Viento noroeste. Trinos. Medita entre las hierbas, un gato gris naranja blanco. Blancos negros mudan a blancos negros naranjas en primavera. Rejuvenecen los gatos. Bosques de bruma, aire de mar. Un pub de la ciudad muestra orgulloso una placa de pertenencia, Official Irish Club.

No muy lejos, en parques sombríos llenos de plataneros, sobre mosaicos estrellados de cantos rodados, en la cúspide de fuentes de agua hechas de mármol, esculturas de angelitos negros juegan a ser cupidos junto a sirenas rodeadas de ranas.

Por la tarde, nubes blancas, claros azules y cirros cubren el cielo. Viento noroeste. Dos gatitos blancos en el centro de la vía relamen sus patitas.

Atardece.

jueves, 21 de mayo de 2009

Pag.122 $ Huesos de plástico


Cielo gris. Niebla en la cima. Trinos y silbidos. Al noroeste contornos sombreados, al sureste el camposanto sin relieves, blanco, adornado de cipreses y palmeras. Asfalto húmedo de lluvia nocturna. Una pila de ropa abandonada de colores grises, amarillos, azules y arenosos, yace sobre la calzada embarrada junto al muro de ladrillo rojo.

Se diluye la niebla, se mustian las flores blancas. Suenan sirenas de coches de bomberos. Son las ocho y treinta y seis minutos. Se fracturan huesos de plástico bajo el tonelaje de coches sobre la calzada. Pía reincidente un gorrión. Canta un mirlo. Trinan jilgueros. Ambiente fresco, viento en calma.

Llegan bocinazos, gritos y voces de manifestación sorda. Otea desde la zapata sur un gato gris y blanco. Trepa terrario arriba otro del mismo color. A las catorce horas triangulan la vía, tres gatitos blancos.

Por la tarde, planean rasantes palomas sobre la vía. Sopla el viento.

Atardece.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Pag. 121 $ L de Learning


Cielo azul y blanco. Orquesta de trinos y cantos. Luz blanca al Este. Un gato naranja pasea al noroeste, el gatito ocicat al sureste. Maúlla un gato gris y blanco sobre el muro de ladrillo rojo. Laureles negros sombrean con eclípticas recias, duras, la vía de grava. Caminan en direcciones opuestas, gatos blancos y negros, de corto y largo pelaje. El calor ralentiza la velocidad de ondas pegajosas, metálicas, mezclas de gases, émbolos y cigüeñales.

Silban pájaros. Sale a la calzada, un cochecito verde, con la L de Learning adherida a la luna trasera. Intenta ocupar su lugar con otra L blanca y fondo verde, un coche blanco rugiente, embravecido, conducido por un hispano audaz, joven.

Por la tarde, gritan y vocean alumnos mediocres. Maúlla un gatito. Caen gotas de agua gruesas, escasas, tormentosas. Cubren el cielo nubes altas. Dormita ovillado sobre el sendero un gatito blanco. Avanza marcialmente hacia el sureste, un gato gris y blanco.

Atardece.

martes, 19 de mayo de 2009

Pag 120 $ Directorios paupérrimos


Cielo gris y blanco. Bri...bri...bri... Trinos y gorjeos. Encaramado a un palet de madera, apoyado contra el muro de piedra, otea el horizonte, un gato blanco. Cruza rápido la calzada, un automóvil. Pasean por la ciudad estudiantes con portátiles de directorios paupérrimos. Juegan a los autos de choque en piraguas de colores, muchachos de secundaria. Cruza la ciudad un camión de gasoil con el tanque nuevo, reluciente, blanco. Circula junto al cuartel de la Benemérita, al lado del estuario, un camión especializado en mudanzas de pianos. Calienta la ciudad, un sol oculto entre nubes.

Por la tarde, volúmenes nubosos de baja altura esconden la ciudad de satélites geoestacionarios. Sopla el viento y los gatos caminan al noroeste, después al sureste. Escruta el alrededor, alzando y girando las orejas, la gatita naranja.

Atardece.

lunes, 18 de mayo de 2009

Pag.$ 119 Una atleta olímpica


Cielo blanco, negro y gris. Brisa fresca. Trinos. Suena impaciente un claxon. Caminan hacia colegios católicos subvencionados niños de uniforme. Pasean por las calles de la ciudad personas con parálisis cerebral. Chilla lejano un halcón. Se troncha, junto a una universidad pública, un álamo de hojas verdes agua, corrupto, carcomido por dentro.

Llega la vibración de una taladradora abrezanjas. Entran en fase una cascada de trinos y el rugido de aviones. Taciturno, tembloroso, otea y olfatea alrededor del sendero de grava, un gatito blanco. Asciende lento y denso el humo de una hoguera, arriba en el monte. Pasea entre la vegetación, junto al muro de piedra, un gato gris y blanco. Observa extrañado una furgoneta aparcada, desde el mismo muro, otro gato gris y blanco.

Por la tarde, nubes de barras blancas y grises ensamblan el cielo. Corre arcén abajo como si fuera una atleta olímpica, una escolar uniformada.

El gato que zigzaguea encorva el lomo cuando avanza. Atardece.

Pag. $ 118 Halcones militares

Ayer

Cielo grisáceo, blanco, cerrado al Este. Trinos, silbidos y cantos. Sonidos de cigarras. Asfalto semiseco. Nubes alargadas estratificadas al noroeste. Cielo morado al suroeste. Suena el motor de un coche de rally trepando por la carretera.

Un gato blanco y otro negro naranja asoman por la vía. Repican campanas. El sol templa el sendero. Gorjea un gorrión. Desde el noreste el moderno edificio de oficinas es un zarzal con pararrayos. Calientan motores once halcones militares sobre los tejados de la ciudad. Juega al fútbol, solitario, un jóven en un polideportivo municipal. Corretea, a tramos cortos, por un tubo posamanos, una pequeña hormiga negra.

Desde el camino entre montañas puede verse, al noroeste, una fundición abandonada con su horno alto rojo y blanco y edificios auxiliares, ennegrecidos, grises, arenosos. Se comban las cumbreras de los caseríos viejos y surgen aleros de arquitecturas lejanas, asiáticas, de épicas navales históricas.

Por la tarde, sopla el viento. Se oculta el sol. Nubes blancas, intercaladas por azules, cubren el cielo.

Atardece.

sábado, 16 de mayo de 2009

Pag.117 $ Vástagos de roble


Cielo azul. Nubes con forma de dunas al sureste. Nubes cóncavas desmenuzadas al noroeste. Dos gatos sobre la vía, uno negro y blanco, otro negro naranja. Aparcado en doble fila aguarda un todoterreno negro adornado con flores blancas. Gorjea incansable un gorrión. Trina un jilguero. Silba un mirlo. Se oye un goazen y una exclamación infantil. Sopla el viento. Se difuminan nubes.

Una chica vestida con vaqueros, atractiva, levemente envejecida, vizcaína, enciende el motor de un coche. Ocupa el espacio vacío, el todoterreno negro. Nubes blancas y grises con formas de alacranes y dragones de contornos aserrados flotan hacia el sureste.

La vía de grava es un suelo radiante, cálido. En la zona baja de los montes, crecen pequeños robles de hojas rojizas y verdes al lado de álamos jóvenes e higueras adultas. Unos metros más arriba, crecen vástagos de roble junto a flores rosadas, acacias con espinas y álamos canadienses.

La bruma invade los montes oeste. Racimos de flores blancas brotan de acacias inclinadas por el viento. Vuela una golondrina. Enrojecen arbustos cortavientos. Brotan umbelíferas, flores blancas de tejos junto a los huertos de los ocicats. Se vuelven grises los tejados de las casitas rojiblancas de la urbanización.

Por la tarde se funden cúmulos, se cierra el cielo. Arriba, por debajo de la estación eléctrica, un perrito de color oscuro persigue y agrupa a las ovejas junto a la valla de acceso al prado por donde transcurre una estrecha vereda horizontal.

Un gato gris naranja otea el norte desde la zapata de la catenaria. El cielo blindado ensombrece la vía, niebla y lluvia blanquean la cima.

Atardece.

viernes, 15 de mayo de 2009

Pag.116 $ Bisontes


Cielo blanco y azul al sureste. Gris y negro al noroeste. Nubes calcáreas. Asfalto mojado. Gorjeos. Luz blanca solar, fulgurante, estelar, al este. Un gato negro ibérico escuálido esquiva felino las hierbas altas, verdes, que crecen sobre la vía. Llegan zumbidos neumáticos. Vuelan gaviotas por encima del prado grande, arriba, en la cima del monte. Cortan un aire de fondo verde, selvático, dos palomas grises y blancas.

Los gatos olvidan que llueve. Se enfría el aire. Suena el cristal, el metal, el plástico de una puerta de un coche, cerrarse. Frío seco. Cielo blanco.

Por la tarde, un fondo azul pixelado cubre el cielo. Los gatos negros naranja, recostados al sol sobre la vía gris y verde, son hoy bisontes de las cuevas de Altamira, semidespiertos, semidormidos. Se mueve, con la cola levantada, hacia el noroeste, un gato blanco y negro. Regresa a la vía un gato negro. Un siamés imita al gato que zigzaguea. El muro de piedra se viste de hojas de escamas verdes, colgantes, trepadoras. Bajan hacia la villa, por la carretera junto a la urbanización, un goteo de coches con reflejos solares.

Atardece.

jueves, 14 de mayo de 2009

Pag.115 $ Cuadros japoneses


Viento sureste, veloz. Cielo gris, blanco y azul. Gorjeos al lado de los caseríos. Grava húmeda. Pasea hacia el sureste, un gato gris y blanco. Suena la vibración última de un motor desconectado. Se expande y se contrae con el encendido el motor de un automóvil. Pasean por la ciudad metabolismos enfermos. Atraviesa la calzada un cortejo de coches de segunda mano. Traquetean perforadoras. Descarga un camión. Se oye un pitido de marcha atrás. Chocan planchas metálicas entre sí. Acarrea tierra una máquina contenedora.

Retornan alegres algunos gorriones al laurel. Brisa fresca, húmeda. Llovizna. Trinan jilgueros. Aletargan la vía una lluvia menuda y colores verde esperanza. Amarillean flores blancas. Se endurecen las hojas verdes agua.
Brotan flores blancas de arbolitos de cuadros japoneses y de fotografías de sabanas negras, africanas. Merodean entre las hierbas un gato gris y blanco, uno blanco y negro y otro negro naranja.

Por la tarde, nubes blancas radiantes y grises se trasladan al sureste. Azotadas por el viento, sobre el sendero, pendulean superficies blancas de gramíneas curvadas.

Atardece.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Pag.114 $ Máquinas de derribo


Cielo grisáceo de acero dúctil, gaseoso. Monte brumoso. Con forma de nube, copos de nieve, al noroeste. Asfalto casi seco. Se relame sobre la zapata de la catenaria un gato negro naranja. Trinos rápidos, inquietos, nerviosos junto a los caseríos. Escala el terrario, un gato gris y blanco. Canta un mirlo. Se oye un cortacésped. Trepa por las piedras de acceso al refugio, un siamés. Suena un deslizamiento de muebles sobre superficies rugosas, irregulares. Regresa el camión chatarrero con piezas grandes de carrocerías de coches. Desciende del camión un jóven de pelo rizado, dinámico, barbudo, agitanado. Suenan acordes de guitarristas ambulantes. Llegan ecos de máquinas de derribo.

Por la tarde, se levanta el viento. Los gatos, agazapados entre las hierbas, esperan. Hacia el noroeste camina una jóven con camiseta a rayas, rojas y blancas y pantalón vaquero. Suenan estridentes, cláxones por la ciudad.

Sobre el sendero de hierba y grava, pueden contarse hasta seis coches aparcados junto al muro de cemento. Atardece.

martes, 12 de mayo de 2009

Pag.113 $ Sabana africana


Cielo diáfano salpicado de nubes, blancas, alargadas y grises primaverales. Trinos. Suena un taladro. Tres gatos ibéricos, pequeños, delgados, caminan al noroeste. Bajo un sol de rayos convergentes surcan el cielo estelas difuminadas de aviones. Pasean por la ciudad asmáticos, alérgicos, depresivos, tullidos, cancerosos, ulcerosos y miopes. Despliegan banderas y escudos heráldicos sobre ventanas y balcones.

Por la tarde remite el calor de sabana africana. Sopla el viento. Corretean gatos. Las nubes dibujan triángulos isósceles, sabáticos, judaicos junto a isometrías de arena. Merodean gatitos blancos al lado del muro de piedra. Aporrean lejos una estructura de hojalata. Salen a la calle diabéticos, nefríticos y cardíacos. Aparca en doble fila un camión de chatarra vasca con carcasas, molduras, piezas de maquinaria, colgaderos de ropa retráctiles y cajetines publicitarios.

Ayer, luces refractadas, parabólicas, imprecisas, colorearon el cielo.

Atardece.

lunes, 11 de mayo de 2009

Pag.112 $ Deslizamientos tectónicos


Cielo de islotes blancos sobre el monte. Trinos. Se acicalan sobre la vía un gato blanco y negro y otro blanco. Suena un motor asociado a un cambio de presión. Gira un eje de rotación. Perseverantes, alegres, silban, trinan y gorjean pájaros. A las diez y media sale el sol. Crecen hierbas y gramíneas sobre el sendero de grava. Sopla el viento. Un gato negro naranja observa a otro gris y blanco curtido, experimentado, moverse por la base alta, estrecha, del canal de desagüe. Vuelan abejorros. Veintiseis grados marca un termómetro urbano al norte.

Por la tarde sopla viento marino. Caen rápidas gotas de agua. Se desploma el calor. Suena un trueno. Trina un jilguero. Gorjean gorriones. Maúlla un gato. Caen densos goterones de agua. Corren y saltan sacudiéndose el agua, los gatos al sur de la vía. Blanquea el monte una cortina de granizo. Brota un ruido de deslizamiento tectónico. Crepita el cielo. Cesa la lluvia y vuelven réplicas distantes. Sale el sol e ilumina el prado verde y los árboles frutales. Crecen, por debajo de la casita de arena, por encima de la carretera nueva, arbustos de flores rosas. Después de la tormenta, tres gatos blancos se mueven frágiles, temblorosos, por la vía de grava.

Atardece.

Pag.111 $ Un búho

Ayer

Cielo templado de grises claroscuros. Nubes esqueléticas, torácicas, celulares, bajas, delgadas al sureste, alargadas al noroeste. Asfalto y grava húmedos. Sale el sol a las diez y diez, puntual, matemático, absoluto. La humedad apaga los negros naranja de la pendiente noroeste, arriba, en el monte. Pasea hacia el norte con el lomo arqueado un gato blanco y negro. Los gatos rehúyen de atmósferas nítidas, calurosas. Cambia el viento y asoman dos gatos negros naranja. Montes brumosos de gases tóxicos contaminan el cielo al noroeste. Llegan sonidos de txistus y txalapartas. Ulula un búho.

Por la tarde, graduaciones de color verde separan pendientes suaves de superficies inclinadas, verticales. Cierran zanjas abiertas llenas de tubos de PVC de pequeño diámetro junto a otros metálicos, grandes, pesados. Mueren parques municipales furtivos. Pasan por la calzada coches de color azul marino.

Atardece.

domingo, 10 de mayo de 2009

Pag.110 $ Mercado de valores



09/05/09

Nubes de cuadros bíblicos sobre el monte, alargadas al Suroeste y Noroeste. Flota por encima del prado una bolsa de plástico de un supermercado. El viento sureste agita las hojas altas del zarzal. Surcan el prado verde fotogramas eólicos. La luz colorea de gris el monte.

Por la tarde, nubes de yeso húmedo cubren el cielo. Una paloma alisa con el pico las plumas estratificadas de su cuello contorsionándolo. Cabecea y escarba un gato marrón y blanco. Se aleja el gato que zigzaguea al acercarse el gato blanco y negro dálmata. Se oye una motocicleta de montaña. Sobre el muro de piedra, entre zarzas, asoma, un gato gris y blanco. El gatito ocicat sacude su cabecita, pensativo, oteando el sureste.

Destila gravedad respetuosa casi mortuoria la estación de largas distancias al lado del mercado de valores. Junto a éste, en el mismo edificio, abrieron hace tiempo, un bingo de lujo. Iluminan el terrario negro cuatro gatos blancos.

Anochece.

viernes, 8 de mayo de 2009

Pag.109 $ Estudiantes plagiados


Cielo gris, enyesado. Asfalto salpicado de puntos de agua. Un sirimiri pertinaz se instala en el monte blanqueado por la niebla. Trinan los pájaros y verdea el árbol de coral. Sobresalen tejados rojos y fachadas blancas sobre fondos verdes extensos. Llegan aullidos suaves, ladridos severos. Recostado sobre el sendero de grava, el gatito ocicat se rasca con una almohadilla una oreja. Por la acera hablan personas atropelladamente. La hierba oculta la grava al sureste de la vía. Junto al muro de piedra, un gato negro naranja olfatea un objeto azul con forma de botellita de agua mineral.

Acuden a las bibliotecas de la villa, insomnes, enfermos y marginados y en épocas de exámenes las abarrotan rebaños de estudiantes plagiados con apuntes subrayados, coloreados, resumidos, chuleteados. Pía un gorrión. Suena un claxon.

Por la tarde nubes grises se superponen en el cielo. Husmea como una cobaya, un gatito blanco.

Atardece.

Pag.108 $ Estructuras de cierre


07/05/09

Cielo de aluminio. Bruma. Trinos. Brisa fresca de mar. Alza el vuelo una bandada de palomas. Se mueve un gato negro naranja. El monte, desde el lejano Suroeste, es una meseta llana, regular, con un único prado en la cima. Camina al Noroeste un gato blanco y negro atigrado. Se oyen reclamos de mirlos y jilgueros. El número de antenas nuevas varía también; desde el Noroeste sólo hay una al estar solapadas, desde el Suroeste hay tres. Estornuda, entre las hierbas altas, un gatito negro naranja.

Por la tarde la lluvia entristece el monte. Nubes grises difuminadas cubren el cielo. Destacan, sobre el monte, superficies roturadas de huertos incipientes. Tres o cuatro palomas se mueven con pasitos cortos sobre el terrario umbrío, negro. Suenan, sobre la calzada, desniveladas, estructuras de cierre.

Atardece.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Pag.107 $ Canciones suecas


Cielo azul, negro y blanco. Frescor frío. Trinos. El sol ilumina débilmente fachadas al Noroeste hasta elevarse por encima de la central e inundar de luz el Oeste. Son las ocho y veintinueve. Mira al Oeste con las orejas levantadas, un gato negro ibérico. Cruza la calzada un gato gris y blanco. Se acicala encaramado al monolito, el gatito ocicat. Canta poderoso un mirlo. Adornan la ciudad con flores blancas, fresnos, espinos, serbales y castaños.

A las diez y cuarto, con sus cabezas giradas y ocultas entre las alas, dormitan aún, los patos en el estanque municipal. Se alejan aleteando, tomando altura, por encima de árboles frondosos, dos patos grises y blancos. Dos gorriones inician un bucle de vuelos cortos entre el césped y ramas bajas de un castaño de Indias. Por la ciudad proliferan pequeñas obras subvencionadas.

Por la tarde, una bruma ligera cubre los montes Oeste. Debajo de un puente con tejado y forma de integral, un músico callejero armado con un acordeón, recuerda viejas canciones suecas.

Atardece.

martes, 5 de mayo de 2009

Pag.106 $ Migas de pan


Monte negruzco. Cielo sin nubes. Frío primaveral. Trinos. Recorre la vía un gato negro. Pían bulliciosos gorriones. A las ocho y media sale el sol. Entre huecos de coches picotean cinco o seis palomas. Se alza el sonido de tráfico de la carretera. Trina un jilguero.

Por la tarde, el viento oeste desplaza nubes blancas con forma de continentes..., euroasiático, australiano y pequeños archipiélagos. Inyectan poliuretano a un edificio próximo. Saltan como ardillas y golpean con la patita delantera objetos invisibles, gatos con colas de plumero. Hace maniobras para entrar en la urbanización un camión de tonelaje medio. Consulta un dietario, un hombre sesentón vestido de jersey granate y pantalón beis. Sobre el terrario se inicia un pelea breve entre dos gatos blancos.

Sobre el techo de un coche aparcado un gato gris y blanco observa a dos gorriones picotear temerosos migas de pan, restos de un trozo mayor, aplastado por neumáticos.

Atardece.

lunes, 4 de mayo de 2009

Pag.105 $ Una estación caserío


Cielo gris oscuro. Prados húmedos. Trinos y silbidos. Lluvia débil. Viento fresco, ionizado. El gatito ocicat ladea su cabeza y centra su atención en las ventanas de edificios cercanos. La lluvia gris ensombrece los negros naranja al Noroeste del monte. Una bruma ligera cubre el monte. Bajo la lluvia, un gato gris y blanco camina lento, a la defensiva, hacia el Norte. Caen gotas desmenuzadas, racheadas sobre la vía de grava sin gatos.

Por la tarde, toma altura al Noroeste, entre nubes grises y blancas, un avión. Los gatos pasean con las colas erguidas olisqueando entre las hierbas y los canales de drenaje. Se reseca extrañamente el zarzal norte junto a la valla metálica sobre el muro de hormigón. Un gato gris y blanco aligera el paso al rebasar a un negro naranja. Con movimientos de ocicat, escarba entre las piedrecitas de grava, un gatito negro, ibérico, atigrado.

Al final del trayecto, después de bordear pequeñas planicies arboladas, se yergue una estación caserío con aleros de madera troquelados de estrellas. Junto a la estación, un puesto de asistencia de la Cruz Roja.

Atardece.

Pag.104 $ Oxidos de hierro

Ayer

Cielo azul. Trinos suaves. Trepa terrario arriba, un gato blanco y negro. Nubes blancas y grises larvadas rodean la cima del monte. Quiriquea un gallo. Doblan campanas. Bajo la placa de matrícula de un Renaul gris oscuro, toma el sol, tumbado, un gato gris y blanco. Calienta el sol. Montes brumosos ralentizan una villa dominical. Llega el sonido de una lancha motora. Silba pausado, cadencial, monótono, un pájaro. Responde un jilguero. Reanuda pitidos un pip-pip.

Arbustos de óxidos de hierro tapizan la ladera noroeste. Revolotean dos golondrinas. Con las alas desplegadas desciende vertical un halcón y desaparece de la vista. Brotan flores amarillas de los tejos. Sobre el arcén, corretea desprogramado, un aguzanieves.

Por la tarde se cierra el cielo y tres águilas trazan círculos por encima de las antenas de televisión. Un gato negro naranja sentado, alza una patita y se frota el hocico contra ella.

Atardece.

sábado, 2 de mayo de 2009

Pag.103 $ Arena de estrellas


Nubes grises renderizadas. Trinos. Revolotea una mosca sobre un alféizar de cristal. Estallan dos cohetes pirotécnicos. Sale el sol entre olas de nubes grises de alta definición. Llegan olores frescos de flores, hierba y heno. Canta y trina un mirlo. Pasean ociosos por la vía, el gato rabón, dos blancos y negros y un gato negro naranja. Junto a la barandilla de la pasarela hay una cajita pisoteada de clorazepato dipotásico. Asciende veloz por la carretera un seat 600 negro.

Por la tarde, un cielo azul de píxeles negros y sol nítido curva la atmósfera. Al Sureste, una media luna blanca evoca castillos árabes de altas torres, oasis verdes llenos de sauces y nenúfares y desiertos de arena de estrellas.

Sobre superficies acartonadas, viajan al pasado, deslizándose por laderas verdes amarillas, niños devergonzados.

Atardece.

viernes, 1 de mayo de 2009

Pag.102 $ Un vencejo negro


Nubes grises al Sureste, azules al Noreste. Brisa fresca. Se mueven por la vía un gato naranja y otro negro ibérico. Vibra el aire con detonaciones fragmentadas. Otros tres gatos saltan, ruidosos desde el matorral. Sale tibio el sol. Sobre la vía, con un chubasquero azul marino, recoge raíces culinarias, un hombre corpulento. Una nube, con forma de estructura de muelle de atraque portuario, flota férrea, por encima de las antenas de televisión.

A las doce menos doce minutos brilla, con intensidad variable, el sol. Canta un mirlo. Florecen en los huertos de los ocicats, margaritas gigantes de color naranja. La ciudad es una sucesión de aros, de singularidades perfectas. Nubes bajas, acumuladas, oscurecen los montes del Suroeste. Corta el aire un vencejo negro.

Por la tarde, quietud y silencio adormecen caseríos, prados y huertos. Nubes grises altas, desordenadas, cubren el cielo. Atardece.