jueves, 14 de mayo de 2009

Pag.115 $ Cuadros japoneses


Viento sureste, veloz. Cielo gris, blanco y azul. Gorjeos al lado de los caseríos. Grava húmeda. Pasea hacia el sureste, un gato gris y blanco. Suena la vibración última de un motor desconectado. Se expande y se contrae con el encendido el motor de un automóvil. Pasean por la ciudad metabolismos enfermos. Atraviesa la calzada un cortejo de coches de segunda mano. Traquetean perforadoras. Descarga un camión. Se oye un pitido de marcha atrás. Chocan planchas metálicas entre sí. Acarrea tierra una máquina contenedora.

Retornan alegres algunos gorriones al laurel. Brisa fresca, húmeda. Llovizna. Trinan jilgueros. Aletargan la vía una lluvia menuda y colores verde esperanza. Amarillean flores blancas. Se endurecen las hojas verdes agua.
Brotan flores blancas de arbolitos de cuadros japoneses y de fotografías de sabanas negras, africanas. Merodean entre las hierbas un gato gris y blanco, uno blanco y negro y otro negro naranja.

Por la tarde, nubes blancas radiantes y grises se trasladan al sureste. Azotadas por el viento, sobre el sendero, pendulean superficies blancas de gramíneas curvadas.

Atardece.

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