martes, 12 de mayo de 2009
Pag.113 $ Sabana africana
Cielo diáfano salpicado de nubes, blancas, alargadas y grises primaverales. Trinos. Suena un taladro. Tres gatos ibéricos, pequeños, delgados, caminan al noroeste. Bajo un sol de rayos convergentes surcan el cielo estelas difuminadas de aviones. Pasean por la ciudad asmáticos, alérgicos, depresivos, tullidos, cancerosos, ulcerosos y miopes. Despliegan banderas y escudos heráldicos sobre ventanas y balcones.
Por la tarde remite el calor de sabana africana. Sopla el viento. Corretean gatos. Las nubes dibujan triángulos isósceles, sabáticos, judaicos junto a isometrías de arena. Merodean gatitos blancos al lado del muro de piedra. Aporrean lejos una estructura de hojalata. Salen a la calle diabéticos, nefríticos y cardíacos. Aparca en doble fila un camión de chatarra vasca con carcasas, molduras, piezas de maquinaria, colgaderos de ropa retráctiles y cajetines publicitarios.
Ayer, luces refractadas, parabólicas, imprecisas, colorearon el cielo.
Atardece.
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