lunes, 16 de febrero de 2009

Pag.28 $ El túnel

Ayer

Un sol débil ilumina un domingo de frío cristal. Un halcón gaña en la cima del monte. En verano, aparecen vencejos de colores negros y cabezas aerodinámicas, que trazan elipses y acercamientos milimétricos a cúspides y bóvedas de la ciudad.

Un gato oscuro, multicolor recostado sobre uno de sus flancos se desparasita mordiendo su pelaje, al lado del muro de ladrillo rojo, camuflado entre yerbajos secos de su mismo color. Otro gato blanco y negro atigrado hace guardia en la entrada del refugio entre muros. Se oye el motor irregular de una sierra mecánica.

Vuelve a salir un sol que fotonea las ventanas de cuarterones del caserío grande. Maúlla un gato oculto. A través de conductos tubulares, se evapora por encima de los tejados, una columna de humo. Una atmósfera contaminada cubre el cielo al Noroeste.

Al Norte, el invernadero de túnel hecho de arcos de tubos metálicos, dibuja sobre un fondo verde, innumerables intersecciones que delimitan espacios tridimensionales, formas geométricas romboides. Diagonalmente parece un armazón de un barco o de un gran cetáceo derrotado. Al lado de una higuera de copa muy ramificada y a la derecha de una portezuela de madera reposa un bidón negro de agua pintado de blanco. La puerta, pintada de verde, está hecha de tablas verticales y horizontales claveteadas, sujetas a un poste de madera anclado a un cimiento de hormigón semienterrado. Una cadena de eslabones metálicos finos une una de las tablas verticales al poste izquierdo.

Una paloma vuela con una ramita en el pico.

Anochecer blanquiazul de almendros en flor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario