martes, 24 de febrero de 2009
Pag.37 $ Conejitos de peluche
Manchas oscuras pintan un cielo cubierto. Un jilguero alegre trina con fuerza desde una rama, oculto. Un frescor seco impregna el aire. Tres gatos blancos se mueven sobre el terraplén oscuro como si fueran conejitos de peluche. Arriba, los postes altos que hilvanan la red eléctrica crean una discontinuidad vertical. Se encienden luces en las casitas de la urbanización. Amanece.
Arriba, al lado de los chalets, los prados tapizan un verde húmedo. En la zona baja de los huertos furtivos, rodeados de setos donde pastan las ovejas, árboles de flores blancas tempranas, colorean el monte, bajo un cielo de agua gris vaporizada.
A través de una de las ventanillas de un coche que aparca, se oye una música moderna, sensual.
Anochece. Enrojecen nubes de rumbo Oeste.
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