lunes, 23 de febrero de 2009

Pag.35 $ Plantas petrolíferas

Ayer

Cielo gris, plomizo, triste. Cielo de luz diurna escasa y quietud atmosférica. Zonas vacías en el aparcamiento revelan salidas sin retorno.

Un gallo de reciente adquisición, quiriquea desde algún caserío cercano. Suena un coche diesel y un ciclista desciende a toda velocidad por el arcén elevado de la carretera nueva, hacia la ciudad. Una brisa marina recorre la vía.

Dos gatos, uno negro naranja dormita, el otro gris y blanco camina por la vía de grava rumbo Sureste. Arriba, en la cima, las nuevas antenas de televisión son plantas petrolíferas gigantes con una pequeña casita de mantenimiento. Al lado, la pequeña antena televisión de los años sesenta, rodeada de un muro de piedra con valla y una casita grande como instalación accesoria.

Por la tarde, el sol aparece breve y débil. Los gatos juegan a dirimir conflictos y jerarquías internas. Un gato gris, negro y blanco salta encima de un Ford aparcado en la vía urbana. Un coche llega y se oye la vibración de puertas herméticas cerrarse.

Un cielo gris de nubes blancas con pequeñas lagunas azules se mueve con lentitud al Suroeste.

Anochece.

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