jueves, 19 de febrero de 2009
Pag.32 $ Sinfonía
Nubes blancas y grises se fragmentan en un cielo azul primaveral. Un jilguero entona trinos largos, agudos, discontinuos. Al poco rato, otro pájaro compite emitiendo sonidos digitales.
A las nueve y cuarto, por encima de los árboles más frondosos, sale el sol por el Este y un avión rompe la barrera del sonido durante veintitres segundos. El cielo es ahora, un mar de nubes, con forma de células blancas gigantescas que poco a poco se diluyen y se dispersan.
En el huerto, pájaros diversos ensayan acordes de guitarra, de violín y de flauta. Un trrrrr, trrrrr acompasado regular, se alza por encima de la sinfonía. Suena a carraca engrasada.
El gato elegante, ibérico, de hociquillo blanco salta el muro desde los matorrales y aterriza sobre la vía urbana. Un monte umbrío congela el edificio de oficinas al norte. Hacia el Oeste, se mueven nubes blancas que ocultan el sol. Son las once y treinta minutos.
A la izquierda, al Noroeste, se erige un edificio almacén de mediana altura, de persianas y tejados pintados de verde con fachadas de color granate.
Un gran gato marrón y blanco cojea de una pata trasera. Un gatito pequeño, todavía cachorro, camina altivo por la vía, a trote lento.
Atardece. Ambiente frío.
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