lunes, 9 de marzo de 2009
Pag. 50 $ Azul clínico
Nubes de asfalto y grava colorean un amanecer de polaridad química. Una luminosiad diáfana pinta los planos de la pradera, inclinados, perpendiculares, de blanco, de azul clínico, de verde escarcha.
Un gato gris y blanco camina por el borde del canal longitudinal de desagüe paralelo al muro de ladrillo rojo. Llovizna. Un siamés y un gato negro naranja descansan sobre la vía. Otro gato, éste negro, con la espalda ligeramente despellejada, camina hacia el Noroeste.
A las catorce horas, dos gatos grises y blancos se acomodan sobre la carrocería de sendos coches aparcados.
Por la tarde sale el sol. Una persona sube por el monte como antaño, deteniéndose bajo los árboles, contemplando los huertos vacíos. Por el arcén de la carretera, a paso ligero, sincronizados, caminan una pareja de jubilados. Por entre las zarzas, junto al muro de ladrillo rojo, asoma el gatito elegante.
Reverdece el monte.
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