martes, 17 de marzo de 2009

Pag.58 $ Veintiocho grados


Cielo azul. Campos fotónicos se desvanecen sobre la vía de grava. Una gata blanca y negra pasea longitudinal.

Ladridos sordos, huecos se mezclan con rotores de helicópteros. Se oyen risas estereotipadas.

Un gorrión se posa en el alféizar de una ventana de un edificio colindante.

Las calles de la ciudad son hornos de Planck. Veintiocho grados.

De los árboles frutales brotan hojas blanquiverdes. En el balcón de una casita de cemento han desenrrollado un toldo antisol. Hasta once ventanas y un balcón en cada extremo, tiene la casita de color arena, en su fachada Oeste.

Sol de atardecer mediterráneo.

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