jueves, 23 de abril de 2009
Pag.94 $ Vías lácteas
Frescor. Cielo blanquiazul. Trinos, cantos y reclamos. Sale el sol y la bruma absorbe su luz escasa ennegreciendo laderas y terrazas Oeste. Trina un jilguero. Se acicala un gato negro naranja. Por la calzada hace jogging una figura delgada, de político entrado en años. Un gato gris y blanco avanza hasta la zapata, se detiene y reanuda su camino hacia el Sureste, después gira ciento ochenta grados y vuelve sobre sus pasos.
El sol de la mañana de primavera acota el prado grande de la cima. Los coches aparcados dibujan rectas paralelas discontinuas, de espacios vacíos, de vías lácteas ancestrales.
Por la tarde, risas de jovencitas quiebran un silencio de calor frío. Por encima de los adosados, sin ovejas alrededor, pace una cabra negra. Descienden por la carretera, hacia la ciudad, autobuses rojos de horarios perfectos. Un gato negro naranja sacude su cabecita como estornudando, otro blanco encaramado al monolito se rasca una oreja con una de sus patitas traseras.
Una superficie blanca de nubes altas cubre el cielo. Atardece.
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