sábado, 25 de abril de 2009
Pag.96 $ Ondas rotas
Cielo plomizo, gris y blanco. Un gato ibérico salta desde el monolito al interior del matorral. Llovizna. Aparcados junto a la acera, uno al lado de otro, una moto japonesa y un todoterreno coreano, negros. Suenan simultáneas las sirenas de un coche de bomberos y una ambulancia. Llegan ecos cortos de vibraciones y ondas rotas.
Traquetea subterráneo el suburbano de la ciudad. Pían gorriones desde el laurel sur. La gatita naranja atusa rítmicamente su pelaje. Un gato negro y blanco y uno gris naranja otean inmóviles, cómodos, la vía.
Por la tarde la lluvia enfría el aire y amarillean prados y montes. Suenan detonaciones artilleras y nubes grises y negras, explosivas, visten el cielo sureste. Arriba, por encima de las casitas de cemento, se desvanecen los rosas cálidos de cerezos y almendros.
Atardece.
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